COMO SABER LA EDAD DE UN JABALÍ | ||||||||
La Edad Un jabalí grande no ha de ser forzosamente un jabalí viejo. Cuando son jóvenes, su edad se aprecia de seguida, por el color de la piel y su tamaño reducido. Para saber con certeza la edad, deberemos mirar su dentadura, la cual nos dirá con bastante aproximación la edad, dado que hasta los tres años, los dientes de los jabalís crecen gradualmente. En el caso de los jabalís machos, existe una fórmula para calcular la edad midiendo en dos lugares la anchura máxima de las navajas. Para saber la edad de un jabalí macho, procederemos de la siguiente manera: tomaremos la medida " A" justo donde acaba la marca de la amoladera y luego la medida "B" en su lugar más ancho. La siguiente tabla de valores nos proporcionará los años bastante aproximados del jabalí Medida B se divide por medida A = 1,8 El resultado es una animal joven ( 1 año ) Medida B se divide por medida A = 1,2 El resultado es una animal de edad mediana ( 3,5-4 años) Medida B se divide por medida A = 1 El resultado es de un animal viejo ( más de 7 años ) Teniendo esta tabla de valores, los datos intermedios son fáciles de calcular con cierta aproximación. | ||||||||
La edad con el resto de los dientes Entre los 6 y 24 meses, los dientes incisivos, los caninos y los premolares nº 2,3 y 4 proceden a los dientes de leche. Cuando el jabalí alcanza la edad de 10-12 meses, este tiene un total de 36 piezas de dientes. A partir del año, alcanza la cantidad de 40 piezas . A partir del año y medio se cambian los premolares n º 2,3 y 4 . A partir de los dos años, aparece el tercer premolar. Su crecimiento durará hasta los tres años, es a partir de esta edad cuando el jabalí presenta todas sus piezas con un total de 44 dientes. | ||||||||
jueves, 15 de diciembre de 2011
TECNICAS DE CAZA MAYOR
LA MONTERIA
Descripción:
Es la montería la más clásica y tradicional modalidad de caza mayor española. En ella se abaten generalmente jabalíes y venados, aunque también otras especies como el gamo y el muflón. En un monte o mancha de varios cientos de hectáreas se dispone una serie de armadas, o líneas de puestos con cazadores, que rodean y cubren el terreno. Según su particular ubicación en la mancha las armadas reciben diversos nombres (cuerda es la más alta; sopié la más baja; traviesa la que atraviesa o se encuentra generalmente en medio de la mancha). Desde un extremo determinado, o desde más de uno, se procede a la suelta de las rehalas que, conducidas por sus respectivos perreros, batirán la mancha en diversas direcciones con el objeto último de que las piezas de caza en su huida traten de atravesar las líneas de monteros o sean avistadas por estos. A pesar de la apariencia de acción muy planificada, lo cierto es que la montería es una modalidad de caza que requiere de la máxima observación, atención, silencio y puntería (en blanco móvil) por parte del cazador y que ofrece inmensas posibilidades de escapatoria a jabalíes y venados. Es posible todavía en la montería tradicional española y en algunas zonas de nuestra geografía observar a los rehaleros vestidos a la antigua usanza y provistos de trabucos.
Es la montería la más clásica y tradicional modalidad de caza mayor española. En ella se abaten generalmente jabalíes y venados, aunque también otras especies como el gamo y el muflón. En un monte o mancha de varios cientos de hectáreas se dispone una serie de armadas, o líneas de puestos con cazadores, que rodean y cubren el terreno. Según su particular ubicación en la mancha las armadas reciben diversos nombres (cuerda es la más alta; sopié la más baja; traviesa la que atraviesa o se encuentra generalmente en medio de la mancha). Desde un extremo determinado, o desde más de uno, se procede a la suelta de las rehalas que, conducidas por sus respectivos perreros, batirán la mancha en diversas direcciones con el objeto último de que las piezas de caza en su huida traten de atravesar las líneas de monteros o sean avistadas por estos. A pesar de la apariencia de acción muy planificada, lo cierto es que la montería es una modalidad de caza que requiere de la máxima observación, atención, silencio y puntería (en blanco móvil) por parte del cazador y que ofrece inmensas posibilidades de escapatoria a jabalíes y venados. Es posible todavía en la montería tradicional española y en algunas zonas de nuestra geografía observar a los rehaleros vestidos a la antigua usanza y provistos de trabucos.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
LAS BAÑAS CON GASOIL, ACEITE E INSECTICIDAS.
Para lograr sacar al jabalí del monte se le puede ofrecer comida, bebida ó sexo, aunque un buen baño de lodo con gasoil, aceite quemado o algún insecticida, da buenos resultados pero NO en cualquier época.
Apostadero precario armado a ras de tierra con una ramas y palos. No son tan seguros como los apostaderos elevados.
Pero ésta estrategia, si bien altamente efectiva, presenta puntos vulnerables; el hambre y/ó el deseo sexual, y el hecho de que el jabalí depende de la emisión de olores ó sonidos por parte de sus enemigos para poder detectarlos. Y estas fisuras son las que se pueden s aprovechar a favor. Pero para ello es preciso poder atraerlo hacia un lugar abierto utilizando algún señuelo, donde la ventaja visual esté de lado del cazador, apostándose fuera del alcance de sus agudos sentidos.
Con referencia al empleo de insecticidas o sustancias irritantes cómo el gasoil, funciona mejor cuando los animales se ven más afectados por las pulgas y otros insectos, esto es al comienzo de la primavera, cuando hacen eclosión.
La técnica consiste en simplemente arrojar el elemento escogido y mezclarlo con agua y tierra, preferentemente cerca de algún comedero o fuente de agua, aunque lo suficientemente retirado como para no contaminarlos.
El señuelo, sea cual fuera el elegido, debe de estar ubicado en lugar abierto, cerca ó dentro del monte. El jabalí que se sabe perseguido no es animal de praderas abiertas. Ese mismo lugar debe dejarnos espacio como para montar un apostadero a una distancia variable entre 40 y 100 metros, de manera que le resulte difícil ventearnos o escucharnos. Por esto la locación escogida debe de contemplar la dirección del viento y en lo posible estar sobre elevada
Apostadero precario armado a ras de tierra con una ramas y palos. No son tan seguros como los apostaderos elevados.
Pero ésta estrategia, si bien altamente efectiva, presenta puntos vulnerables; el hambre y/ó el deseo sexual, y el hecho de que el jabalí depende de la emisión de olores ó sonidos por parte de sus enemigos para poder detectarlos. Y estas fisuras son las que se pueden s aprovechar a favor. Pero para ello es preciso poder atraerlo hacia un lugar abierto utilizando algún señuelo, donde la ventaja visual esté de lado del cazador, apostándose fuera del alcance de sus agudos sentidos.
Con referencia al empleo de insecticidas o sustancias irritantes cómo el gasoil, funciona mejor cuando los animales se ven más afectados por las pulgas y otros insectos, esto es al comienzo de la primavera, cuando hacen eclosión.
La técnica consiste en simplemente arrojar el elemento escogido y mezclarlo con agua y tierra, preferentemente cerca de algún comedero o fuente de agua, aunque lo suficientemente retirado como para no contaminarlos.
El señuelo, sea cual fuera el elegido, debe de estar ubicado en lugar abierto, cerca ó dentro del monte. El jabalí que se sabe perseguido no es animal de praderas abiertas. Ese mismo lugar debe dejarnos espacio como para montar un apostadero a una distancia variable entre 40 y 100 metros, de manera que le resulte difícil ventearnos o escucharnos. Por esto la locación escogida debe de contemplar la dirección del viento y en lo posible estar sobre elevada
miércoles, 7 de diciembre de 2011
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