El mes de octubre marca el inicio de la temporada general de caza. Aunque es cierto que con la trasferencia a las Comunidades Autónomas de todo lo relativo a esta actividad las fechas varían de una a otra, son los 15 primeros días de este mes los que marcan la salida al campo de algo más de un millón de cazadores con las ilusiones puestas en las jornadas de las que disfrutaran en los próximos cinco meses.
Pero como todo aquello que está a expensas de los avatares del clima, el hábitat y la intervención del hombre, las especies de caza de año en año presentan condiciones bien distintas. Y este, la especie reina de la caza menor, la perdiz, ha tenido una cría irregular. Las grandes tormentas de junio, cuando en muchos nidos estaban a punto de nacer los pollos, malograron la cría, lo que ha hecho que en zonas muy concretas no haya quedado una sola perdiz y solo un kilómetro más adelante, donde no haya caído agua, se estén criando éstas con toda normalidad. Una segunda puesta, incluso donde la lluvia ha hecho estragos ha garantizado la presencia de algunos pollos, poco desarrollados y presa fácil de los predadores oportunistas que tanto abundan en nuestros campos. Es en suma, una temporada para planificar de forma muy austera los días de caza de la perdiz, para que queden suficientes en el campo y garantizar una buena cría el año que viene. Allí donde han tenido que hacer una segunda puesta, lo mejor sería empezar a cazar en noviembre, una vez que los pollos han terminado su desarrollo. Hay que cuidar con esmero nuestra perdiz salvaje. Entre predadores y la caza, están llevando a una insostenible situación a la población de perdiz, que han de ser en muchos casos sustituidas por perdices de granja. Todos los investigadores cinegéticos están de acuerdo en que las repoblaciones con perdiz de granja suponen una lenta pero inexorable desaparición de la perdiz salvaje en España.
Conejos y liebres
Conejos y liebres siguen una suerte dispar. Los primeros parece que empiezan a superar las enfermedades que casi les habían hecho desaparecer, llegando a veces a crear a parece «plaga», una idea algo exagerada pero que indica que la especie ha remontado su crítica situación, algo fundamental a su vez para recuperar especies tan importantes como el águila imperial y el lince, cuya fuente de alimentación es el conejo.
Algo pasa con la liebre desde hace años. Les afectan enfermedades y parásitos. Se ha sabido que la neumonía vírica que afecta al conejo se está propagando a algunos ejemplares de liebre. De momento aunque no aumenta su población, se mantiene en buenos niveles.Aunque a ello no contribuyen algunas administraciones, como la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León, autorizando el uso indiscriminado de venenos para la plaga de topillos, con los colectivos ecologistas mirando hacia otro lado, haciendo desaparecer en amplísimas zonas de esa comunidad todo tipo de especies, envenenadas por los productos usados en intentar paliar una plaga que al final se ha resuelto por si sola.
Piezas mayores
Las especies de caza mayor gozan de mejor salud. Las poblaciones de ciervos, corzos y jabalíes son cada año más abundantes y la gestión de la especie es cada día mejor. La calidad, como trofeo y pieza saludable, del ciervo ibérico es excelente. Gracias a los estudios de la Universidad de Cáceres sobre el ADN del ciervo se puede saber si un ejemplar es genéticamente puro o si se ha mezclado con ciervos de otros países, lo que garantiza la pureza de una especie única. Para esta temporada las previsiones son de una buena calidad en los trofeos, a pesar de la climatología. Qué decir del jabalí, salsa de todas las monterías, batidas, ganchos y demás modalidades de caza. Presente en todo el territorio español, en toda altitud y en ocasiones en los sitios menos insospechados. Qué duda cabe que el abandono del campo por la población rural, lo que deja a su disposición todos los recursos alimenticios disponibles, así como una mayor cobertura vegetal y la ausencia durante bastantes años del lobo, su principal predador, ha hecho que su población haya aumentado de forma espectacular. Es probablemente, con el corzo, la especie que goza de mayor número de ejemplares. Sanitariamente esta sobreposición empieza a causar algunos problemas, lo que aconseja mantenerla dentro de unos límites.
En batida o en rececho, el corzo es la especie que ronda los sueños de muchos cazadores. Este cérvido, el más pequeño que hay en España, mantiene de forma progresiva el interés por su caza y también por su gestión. Ha aumentado su presencia en todo el territorio nacional, colonizando zonas en las que nunca había estado.Gamos, muflones, arruis, macho montes y rebeco, mantienen una buena población. Macho montés y rebeco pasan por un proceso de sarna, pero ya no representa serio peligro para sus poblaciones.
Una jornada perfecta
Como todos los años, las migratorias son una incógnita. Se echa en falta una normativa clara y unificada en cuanto a cupos de captura y días de caza. La paloma cada día es más numerosa, en cambio la becada tiene muchos altibajos.
En suma, estamos ante el inicio de una nueva temporada en la que disfrutaremos con nuestro inseparable compañero, el perro, y en la que nos encontraremos y compartiremos momentos con los amigos. Son días de llenar la retina con espectaculares paisajes, de respirar aire puro, con el corazón desbocado con el vuelo de la perdiz delante de la nariz del perro y el monte rompiendo con la carrera del ciervo o el jabalí con la rehala detrás. Si se caza algo, bien, y si no, nos volvemos a casa con la satisfacción del día pasado en la naturaleza. Lo importante no es cazar, sino estar cazando.
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